Esmeralda sacó a escondidas el collar de perlas exóticas de su madre, que miraba el televisor en el comedor. Al probárselo vio que las perlas apenas brillaban y se lo quitó. Frustrada fue a dejarlo al joyero cuando se le rompió la cadena. ¡Maldita sea, había quedado con Javier en cinco minutos y ahora esto! Había perlas por todas partes, alineadas una detrás de otra. Las recogió una a una hasta llegar a la última, cuando se incorporó tenía a su madre de frente, sentada en el sillón.
Inma
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