Los hijos del viento surcaban sobre el ventoso mar las cabezas de los atareados campesinos. Arrullados, y la mayor parte del tiempo acurrucados en sí mismos, contorsionaban su cabeza para variar el rumbo. En algún momento todos acaban decidiéndose por plantarse en el lugar más insospechado. Unos enseguida encuentran su lugar, otros en cambio vuelan y atraviesan las agrestes playas de los hombres del mar, surcan entre las orgánicas ramas y raíces de los antiguos bosques, animan a su paso a la vid en su época más joven, audaces navegan entre la calina del sueño de la tierra, recorren tierras foráneas incesantes en hallar un lugar con el que sentirse en paz. Algunos consiguen alcanzar su Arcadia. Otros, errantes, continúan anhelando su lugar desconociendo que su sitio reside en los sueños de otros en donde reforestan de esperanza las almas más sosegadas.
Fhil
martes, 31 de julio de 2007
Viento
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domingo, 29 de julio de 2007
Aquella gran decisión
Aquella gran decisión haría que la sinceridad que había entre ambos fuera total, desde que hicimos aquel pacto de silencio, hasta en las cosas más intimas o feas, tan feas como aquel día que supe que todo lo dado por ti no tenia valor alguno. Desde lo sucedido ya nada es igual, tu dejaste de mentirme y yo deje de llorar. Soy feliz contigo y nadie me lo quitará. Pero dime, ¿Por qué? ¿Por qué me hiciste algo tan terrible? ¿Lo merecía? Solo me queda el alivio de saber que te pude perdonar y que el amor existe, pese a los reveses.
Te preguntaras como pude perdonarte... Me diste tanto... Empezamos con tanta pasión... todo parecía un sueño increíble... No lo parecía, ¡Era un sueño increíble! Y después de todo lo vivido, nada ocupaba el vacío que había en mi, nada podía sacarte de mi pensar. Te fuiste y mi corazón echó a llorar. No estabas. Te echaba de menos. Solo eso. Solo tú sabes lo que siento por ti, que es mucho, y yo se lo que sientes por mi, lo mejor que me ha dado la vida, se que no es falso, ruin. Es realmente auténtico. Prometo llenarte los bolsillos con victorias conseguidas, regalarte las más profundas poesías. Nada es como amar y ser correspondido, la verdad sea dicha. Sé que nunca te comprenderé, que nunca te acapararé, que no podré tenerte toda la eternidad... Pero te amo y tú también. Eso es lo importante. Nada nos detendrá, sólo vivir es nuestro sino, nuestra dificultad. Pero aún no estoy feliz a más no poder. Dudo al dormir. Ahora, después de lo expresado con el corazón en la mano, quiero que me digas la verdad. Sin excusas, sólo lo que hiciste. Aquello que te condujo a romper en mil pedazos mi amor. Te pregunto esto por que si fuiste capaz de dañarme una vez, de herir lo que más te amaba y te ama, podrías repetir el daño causado. ¿Y si volviera a pasar? Tengo miedo. Miedo a perderte por un fallo inútil, por algo que no pensaste, miedo a morir por tu amor que tanto me ha dado. Únicamente espero que esta vez veas más claro. Por que sólo junto a ti puedo respirar, puedo ver las estrellas que con las lágrimas dejé de ver, puedo brillar ya que la tristeza no tapa mi luz. Suspiro por que no vuelva a ver el infierno que vi al oír aquellas palabras de tus dulces, pero a la vez malditos, labios. ¡Me mentiste! Rompiste mi palabra. Pero eso ya pasó, todo cambió. Ahora todo es poesía, sinceridad y buen augurio. Pero, este sueño... ¿Cuánto durará? Espero que una eternidad y que tus mentiras no vuelvan jamás. Me cuesta mucho expresar todo mi sentimiento en estas líneas. Aprécialo, cada una de estas palabras que te susurro. Sólo te pido eso al escuchar mi palabra. No sé qué pensarás al escuchar mi corazón, espero que veas la verdad. La verdad de lo que siente mi corazón y lo que debería entender el tuyo. Siento haberte contado estas angustias, pero era mi necesidad, estar a tu lado. Moría si no sacaba de mi todo el pesar que aguantaba sin hablar. Te necesito para poder entender sin rodeos la verdad del vivir. ¿Por qué el amar está tan complicado contigo? No puedo querer en paz. Levantarme cada mañana suplicando tu amor eterno, aquel que no me traicione. Te quiero, te quise y te querré. Pero no olvides, se puede perdonar una vez, más es demasiado sufrir, más es morir. Así te digo, si no te doy suficiente, vete y no vuelvas jamás. Así podré quererte en paz, sin sufrir, por que sé que tuve tu amor imposible. Ya dejé de sufrir, de torturarme con tus mentiras. No lamento lo ocurrido, soy feliz así contigo. Con o sin ti, viviré por tu amor y por el mío, juntos... Me seguirás mintiendo y te seguiré queriendo, ese es mi destino, mi ser, mi sino... mi todo.
Con todo esto sólo te digo, que no quiero volver a verte cerca mío, de mi amor, aquel que tanto te dio y tu abandonaste. Aunque te quiero, este sufrir parece que no tenga ningún fin, no quiero verte más. Lo tuviste todo y lo perdiste sin dudar.
Otro Carlos
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miércoles, 18 de julio de 2007
Psicofonías
[Tras la melancolía otoñal, en un bosque sombrío, se hallaba la mansión tétrica de los gemelos Usher. Nadie había habitado bajo sus bóvedas góticas, nadie había desempolvado la colección de instrumentos ni los muebles antiguos desde hacía más de cien años. El agua estancada reflejaba y deformaba el contorno de la casa en la oscuridad de la ciénaga. Las ramas de los árboles agarraban la estampa, sumida en una convalecencia perpetua, eterna. Una grieta apenas visible en la pared subía desde el agua hasta el tejado. Era la cicatriz del horror, siempre rezumante de suero. Los pájaros planeaban, se posaban en el alféizar de los ennegrecidos ventanales, se estremecían y su aleteo retumbaba en el ahuecado corredor. Y, detrás de tu cabeza, sottovoce, un murmuro incesante, tan leve que se tornaba silencio. Tu grabadora registraba.]
19:15 «fantasma, miedo»
[Silencio. Cae la noche.]
0:55 «muerte de ella»
1:27 « ¿y usted, no lo ha visto?»
[Te despiertas sobrecogido con la cabeza sobre tu hombro. Permaneces inmóvil]
1:36 «usted no debe mirar»
2:00 «usted escuchará»
[Se oyen tres pasos a lo lejos. Silencio]
2:12 «terrible noche»
2:41 «el bosque»
[El viento sopla contra el cristal]
2:45 «hórrido y áspero»
2:52 «terrible furia»
3:01 «lo he oído»
[La ventana se abre bruscamente y entra el viento]
3:10 «viva en la tumba»
3:13 «los he oído»
3:16 «prisa por enterrarla»
[Pasos se alejan]
3:23 « ¡loco!»
[Un grito ahogado se desploma por la grieta, una gota de líquido se vierte]
3:33 «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta» «detrás de esa puerta»
[La cinta se ha atascado]
[El pulsador rojo salta con un rápido y seco chasquido]
[Algunos rayos de sol se cuelan entre las grietas del tejado. El mismo silencio impera entre los muebles, las bóvedas y los instrumentos. En el alféizar del ventanal algunos pájaros reposan. Se proyectan sus sombras sobre el corredor, gigantes y grotescas, se mueven bruscamente. La grabadora brilla y desaparece bajo la sombra de las aves. Vuelve a brillar. Vuelve a confundirse con la oscuridad. Con la soledad. Con el olvido.]
D.J. Satin
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martes, 17 de julio de 2007
Vete a saber
“¿Todos los cambios son buenos? No lo creo.”
A veces, me gusta empezar a contar historias con frases que han dicho los demás. Los cambios pueden ser buenos o malos, eso se sabe cuando el cambio a finalizado. Y, ¿Cuándo finaliza? Nunca se sabe, ni se nota, más adelante te das cuenta y ya está. Lo que si se sabe es si son largos o cortos, o paulatinos o repentinos, o radicales o leves. Eso se ve, tanto quien los sufre como los que están a su alrededor.
Yo conocí a un chico que estaba aferrado a la rutina. Pobre. No se atrevía a nada nuevo, no por que no pudiera con ello, si no por el resultado que pudiera dar, tenia una estabilidad que no quería empeorar, pero por lo que parece, tampoco mejorar. Pero, como en toda historia de algún chico, de repente, aparece una chica (estoy de acuerdo, que en también puede ser un chico quien aparezca, pero en la de “nuestro” chico era una chica). Eso provocó multitud de cambios encerrados en un gran cambio global. El resultado de aquel cambio es bastante bueno, por lo menos por lo que él dice, y los que estaban con él dicen. Luego, se estabilizó de nuevo, pero sin rutinas, probando cosas nuevas, aunque con algún miedo que otro aún guardado. Luego apareció otra chica, pero esta no provoco muchos cambios en un principio, según me contó. Se ve que ella no provocó, si no que disfrutó de los efectos. Ahora, fue irse esta chica de su vida, y de vuelta al torbellino de cambios, y ¡Estos si que fueron buenos! Ahora si que se le fueron los miedos, menudo loco tengo ahora como amigo, aunque alguna cosilla si que ha empeorado… Pero prefiero mirar las caras alegres de la vida, que las buenas siempre se pueden solucionar.
Los cambios acostumbran a ser buenos, por que rompen la rutina, que acostumbra a ser mala. Ahora, lo que siempre si son, es que los cambios son complicados. Igualmente, merece la pena hacerlos, arriesgarte a meter la pata, por que el que gana, no aprende y el que pierde, aprende más que nadie.
Por cierto, si algún día le veis, notad que lleva una sonrisa de “Mona Lisa” en la cara, nunca he sabido por que la lleva, pero espero que la lleve toda su vida.
C!
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domingo, 8 de julio de 2007
Moscas
La habitación estaba completamente iluminada por la luz de la media tarde. El blanco de las paredes no ocultaban nada. Desde la ventana se podía apreciar un intenso cielo azul. Una ligera brisa, algo fría, se colaba por la ventana abierta. La piel de ambos se erizó. Él estiró un poco el brazo y con un pequeño contoneo se aproximaron los cuerpos de él y ella y el calor y el susurro en la nuca de ella hizo que la temperatura de sus cuerpos se restableciera. Dormían apacibles. Aunque más que dormir estaban disfrutando del roce, del calor de sus cuerpos que repelían al frío, del silencio de la siesta. De su olor a frambuesa que aunque nunca le gustó, le fascinaba. Una mosca veraniega intentó estropearles el momento y justo cuando se acercaba a ella, ésta reaccionó con un manotazo que la mandó aturdida hacia la ventana. La sensación le produjo tal escalofrío que él tuvo que apretarla más contra sí, mientras que ella se frotaba la mano sobre los pantalones de él y él le besaba en la nuca.
Fhil
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jueves, 5 de julio de 2007
Muchedumbre
Mordió un codo, no le quedó otra opción. Alguien por detrás le empujaba mientras le clavaba un puño por entre los omoplatos. Otro le pisaba, a la vez que otro le intercedía el pie por debajo de las piernas interrumpiendo su movilidad. El brazo del tipo de su derecha se depositaba sobre su vientre y lo echaba hacia atrás. El sujeto de delante hacía contra fuerza con los del otro bando usando como resistencia su hombro derecho zarandeándolo con violencia cada vez que el tipo pretendía remitir el empuje de la masa humana acelerada. Los abucheos, reproches y algún que otro insulto se incrementaban por segundos, cuanto más pasaba el tiempo, menos quedaba para el momento. Todo era ya tensión cuando el tambor rugió sobre nuestras cabezas. De repente la masa humana se abría como se abrió el mar muerto, y en su paso un jinete montado en un caballo descomunal trotaba acelerado por entre la brecha, dejando atrás su estela negra y decenas de cabezas curiosas. Alzó la lanza y cargó impasible hacia nosotros. La masa se abrió poco y el jinete falló, la argolla salió disparada a los pies de los salvajes. Todos se tiraron a buscarla. Muchos se empujaban otros discutían y tantos intentaban respirar. El sudor a caballo y el sudor a hombre, le volvieron algo más salvaje que el resto, y finalmente dio con la argolla. La alzó con su brazo. Lo cogieron en brazos y por fin sus músculos descansaron, lo justo para poder colocarla de nuevo en su sitio. Se volvieron a colocar y esta vez se encontraba totalmente contraído y limitado, dos le cogían por detrás y otro le regaló un codazo en la mandíbula que le enfureció bastante, extrajo sus brazos por delante de los antebrazos que lo empujaban hacia atrás cargando toda la fuerza con la espalda y contrapesando su cuerpo con su pierna izquierda, y mientras sus brazos se escurrían entre los de los otros por el sudor, el tambor quebró su inquietud por resistir. La gente se volvió a abrir ante el paso del caballo y esta vez con la lanza totalmente erguida atravesó el paso de los salvajes arramplando consigo la argolla. La masa alterada comienza a saltar mientras la orquesta lo celebra con el tradicional himno. Los empujes se acentúan y salta para poder respirar, para no ser empujado. Sus músculos acelerados riegan todas sus venas y arterias de sangre, no hay un recodo sin ser recorrido. La sed se acentúa dándole a todo un toque somnoliento. Extenuado se deja llevar por los empujones y celebra que se hayan terminado los juegos. Todos se felicitan y se despiden. Se prepara otro juego.
Fhil
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martes, 3 de julio de 2007
El espejo
Alicia vio cómo se daba la vuelta y se alejaba de ella. Alicia dándole la espalda a Alicia se fue alejando hasta llegar al marco de la puerta, para cruzarlo y quedarse a solas. Alicia, entonces, se miró en el espejo y no se veía; ahora sí que estaba sola, ahora sí que ya no volvería a casa.
Fhil
Publicado por Fhil Navarro en 1:08 2 opiniones