Cayó sobre un lecho de espinas que al entrar en contacto con su piel se convirtió en un mar de espeso acrílico que la cobijó. Se sumergió en él desnuda siendo lienzo. Emergió vestida de sensaciones y expresiones. Del hilo de color azul que caía de entre sus piernas surgió un niño que acarició su muslo y echó a correr. Se convirtió en la única mancha cromática de su escenario, salvo las pisadas huidas, invadida por la nada se echó a llorar. Una voz lejana la alejó de su llanto y volvió a indagar. Se encontraba en un bosque. La voz la transportó hacia una cueva resplandeciente, eran sus párpados intentando abrirse. Cruzó el umbral abandonando su vestido de sensaciones y expresiones.
Despertó, y fue capaz de recordar quién había sido.
Fhil
viernes, 14 de marzo de 2008
Die Traumfrau
Publicado por Fhil Navarro en 2:45
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