Tuve una novia con la que fui el más feliz.
Apareció sin avisar un día cualquiera, igual que cuando me tocó la lotería.
Y es que me hacía sentir lo mismo que el dinero. La sensación de tenerlo todo inundaba cada momento a su lado.
Amor y placer.
Erotismo sin límites.
Pasión…
Las noches se hacían eternas cuando estábamos juntos. Recuerdo el vibrar de los labios y el encuentro accidental de nuestros pechos en la más ardiente oscuridad…
Recuerdo su incansable generosidad sexual.
Eran tan perfectas las noches que no existía el día entre ella y yo.
Siempre se iba al amanecer, como en las películas, y aunque nunca la vi marchar, sé que permanecía conmigo hasta que sonaba el despertador. Al instante, durante el rápido abrir de mis ojos, desaparecía. Supongo que después de regalarme uno de esos besos de los que nunca fui consciente.
Nacho P.
martes, 5 de junio de 2007
La chica de mis sueños
Publicado por inma en 1:16
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