Hacía días que el sol no brillaba con tanta intensidad, lo que le hacía sentirse todavía más apagada, rodeada de todas aquellas paredes. Una vez hubo desayunado, se vistió y recogió la mesa. Disponía aun de 15 minutos hasta que llegara su compañero de trabajo y ahora ex novio: Fran. Así que cogió el balde con la ropa, el saco de las pinzas y cerró de golpe.
− -49, -48, -47, -46, -45, -44… − Decía mientras dejaba caer una pinza en cada escalón.
Cuando llegó a la terraza puso las cosas sobre una de las barandillas. Aun le quedaban 3 minutos.
A las 8:57 Fran pedía a un vecino de la escalera que por favor le abriera la puerta. Al llegar al rellano de Sara dedujo por las pinzas dónde estaba.
− Te ruego que me perdones, necesito que vuelvas conmigo. − Se repetía impaciente.
En el escalón 50, tomó aire y se aseguró a sí mismo que todo iría bien. Pero Sara no estaba. En ese mismo instante escuchó la sirena de una ambulancia y gritos estridentes que venían de abajo.
− -49, -48, -47, -46, -45, -44… − Decía mientras dejaba caer una pinza en cada escalón.
Cuando llegó a la terraza puso las cosas sobre una de las barandillas. Aun le quedaban 3 minutos.
A las 8:57 Fran pedía a un vecino de la escalera que por favor le abriera la puerta. Al llegar al rellano de Sara dedujo por las pinzas dónde estaba.
− Te ruego que me perdones, necesito que vuelvas conmigo. − Se repetía impaciente.
En el escalón 50, tomó aire y se aseguró a sí mismo que todo iría bien. Pero Sara no estaba. En ese mismo instante escuchó la sirena de una ambulancia y gritos estridentes que venían de abajo.
Inma
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