miércoles, 6 de junio de 2007

Cincuenta escalones

Hacía días que el sol no brillaba con tanta intensidad, lo que le hacía sentirse todavía más apagada, rodeada de todas aquellas paredes. Una vez hubo desayunado, se vistió y recogió la mesa. Disponía aun de 15 minutos hasta que llegara su compañero de trabajo y ahora ex novio: Fran. Así que cogió el balde con la ropa, el saco de las pinzas y cerró de golpe.
− -49, -48, -47, -46, -45, -44… − Decía mientras dejaba caer una pinza en cada escalón.
Cuando llegó a la terraza puso las cosas sobre una de las barandillas. Aun le quedaban 3 minutos.
A las 8:57 Fran pedía a un vecino de la escalera que por favor le abriera la puerta. Al llegar al rellano de Sara dedujo por las pinzas dónde estaba.
− Te ruego que me perdones, necesito que vuelvas conmigo. − Se repetía impaciente.
En el escalón 50, tomó aire y se aseguró a sí mismo que todo iría bien. Pero Sara no estaba. En ese mismo instante escuchó la sirena de una ambulancia y gritos estridentes que venían de abajo.


Inma

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