La noche llora sobre la ciudad. Los ríos, hacen de sus calles afilados y cortantes escalpelos que desmenuzan a todo intrépido bizarro. Borrando con su viento las huellas de su crimen perfecto. Luz azul, eléctrico estallido. Tambores de guerra en el horizonte. Centelleante tótem de los dioses que con su mazo irrumpe partiendo tierra sitiada. Las babas del llanto se estrellan en las entrañas de la ciudad, que llora empapada por su propia tristeza.
Fhil
domingo, 25 de mayo de 2008
Tormento
Publicado por Fhil Navarro en 4:59
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