lunes, 24 de diciembre de 2007

Feliz Navidad

Se desperezó con cuidado para no despertarla. Fuera estaba nevando. Se incorporó, abrió la ventana ligeramente y sacó sus manos. Nevaba muchísimo. Pronto la nieve llenó de blanco el bello de su pecho. Y su cabeza. “Feliz Navidad” se decía a sí mismo mientras sonreía por dentro.

“Hou, hou hou, muñeco de nieve”― le dijo ella riéndose. Otto la miró resignado. “Eres una burlona, niña, incluso recién despertada” ― le contestó. María le calló con el más dulce de los besos y sacó sus manitas con las de él. Y hasta que no dejó de nevar no se despegaron de la ventana.


Imeta

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