jueves, 14 de junio de 2007

La ira

Torció el torso esquivando las demás balas. Sus hijos yacieron muertos sobre el asfalto. La explosión lo lanzó a metros de distancia del bar. Al incorporarse, las manos sangrantes se mezclaron con la de su pueblo mientras aún sostenía el detonador.


Fhil

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